jueves, mayo 25, 2006

Previo técnico para el GP de Mónaco

Mónaco es un circuito único en el calendario de la Fórmula Uno. A menudo se habla de esta cita como de ‘la carrera’ del año. Pero lo cierto es que este estrecho y revirado circuito requiere una preparación especial para poder sacarle el máximo partido posible a los coches.
En el apartado del chasis existen diversas variables a tener en consideración principalmente, a saber:
Altura del coche.
El de Mónaco no sólo es un circuito muy revirado, sino que también está muy bacheado, con muchos desniveles y bastante deslizante, sobre todo en el inicio del fin de semana cuando la goma de los neumáticos aún no se ha fijado al asfalto. Se debe aumentar entre 5 y 7 milímetros la altura habitual del coche para salvar las diferentes variaciones de la pista.
Suspensión.
Para poder obtener el mejor nivel de adherencia posible, se utilizan unos reglajes bastante blandos en la suspensión, lo que también ayuda al coche a superar los baches y los desniveles de la pista. Este asfalto tan bacheado requiere que las ruedas puedan moverse independientemente para salvar los baches, y eso lleva a suavizar las barras antibalanceo para conseguirlo. También se debe prestar una especial atención a los ángulos de inclinación, que serán elevados, aunque no tanto como para provocar que el coche pueda ser inestable en los baches y en las zonas de frenada.
Aerodinámica.
Mónaco es la carrera en la que se utiliza el nivel más alto de apoyo aerodinámico de todo el año, y a menudo se usan unos apéndices extra en los coches para optimizar aún más el agarre aerodinámico. La carga aerodinámica no sólo ayuda en las curvas, sino también en la frenada y la aceleración. La velocidad punta en recta no es tan importante en este circuito, y a veces los niveles de rozamiento también son más elevados de lo habitual para conseguir más carga aerodinámica.
Angulo de giro.
La horquilla del Gran Hotel es la más cerrada de toda la temporada, y por lo tanto requiere el ángulo de giro más alto de todo el año. Por ejemplo, es dos veces mayor que el que se necesitaba en la última carrera en Barcelona. También se debe calibrar el sistema de control de tracción y el diferencial para ayudar al coche en la aceleración.
Por lo que respecta al motor se deben considerar también los siguientes puntos claves:
Rendimiento.
Mónaco no es un circuito especialmente exigente para el motor, ya que los pilotos sólo completan el 50% de la vuelta con el acelerador pisado a fondo, el valor más bajo de todo el año. Sin embargo, el trazado sí presenta una serie de exigencias muy particulares que deben ser atendidas para sacarle el máximo rendimiento posible al coche. Los baches de la pista implican que existe un riesgo real de pasarse de vueltas. En cuanto al rendimiento, es importante contar con un motor progresivo y con una buena aceleración, incluso desde revoluciones muy bajas, para así poder salir bien de las curvas lentas.
Caja de cambios.
Se utilizara una relación de marchas muy corta para optimizar la aceleración y conseguir el máximo rendimiento del motor a bajas revoluciones.
Refrigeración.
La ausencia de rectas largas en el circuito complica la refrigeración del motor, sobre todo porque al trabajar con relaciones de marchas muy cortas, el motor está funcionando muy a menudo a altas revoluciones. Eso implica todo un reto para refrigerar el coche convenientemente, y a veces incluso se tiene que abrir la carrocería para asegurarse de que el motor no se calienta en exceso, aunque siempre estando pendientes de que eso no suponga una penalización a nivel aerodinámico, y por tanto en tiempo.

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