martes, junio 20, 2006

GP de Canadá - Tecnica -

Incluyendo varias curvas rápidas, largas rectas y numerosas frenadas fuertes, entre las que destacan cuatro de ellas a las que se llega a 300 km/h, el Circuito Gilles Villeneuve exige a los pilotos contar una confianza total en su coche para frenar tarde y poder alcanzar la máxima potencia.
Aerodinámica: Con un trazado compuesto por largas rectas y unas pocas curvas rápidas, normalmente se utilizan unos niveles bajos de carga aerodinámica para poder contar con unas puntas de velocidad elevadas en recta.
Suspensión: Al contar con unos niveles bajos de carga aerodinámica, el coche se muestra muy nervioso y ligero. Los pilotos tendrán que ser más delicados y suaves en su pilotaje, sobre todo a la hora de frenar y acelerar. Con el fin de mejorar la estabilidad y evitar que los frenos traseros puedan bloquearse en las frenadas más fuertes, se debe ajustar la suspensión: unos reglajes más rígidos en el tren delantero permitirá contar con un coche que reaccione bien a los cambios de dirección en las curvas más lentas, mientras que una suspensión trasera más blanda servirá para mejorar la estabilidad del coche en frenada y a la entrada de las curvas, y mejorar la tracción al salir de ellas.
Frenos: El posible sobrecalentamiento de los frenos no debera ser una preocupación en este circuito, ya que las largas rectas del trazado les dan la posibilidad de refrigerarse. Sin embargo, sí se debe estar muy atentos al nivel de desgaste de los discos y las pastillas, ya que la exigencia a la que son sometidos durante toda la vuelta es muy importante.
Neumáticos: El desgaste de los neumáticos no será especialmente alto aquí, ya que el asfalto de Montreal no es particularmente abrasivo. Sin embargo, la numerosa tracción que requiere el circuito provocará que los neumáticos traseros sufran bastante más que los delanteros, así que la degradación de las gomas podría ser un problema si las temperaturas son altas.
Rendimiento del motor: Las continuas e importantes frenadas y aceleraciones que caracterizan a este circuito, obligan a utilizar el motor en un modo casi de ‘parada-arranque'. Con cerca del 66% de la vuelta completado a máxima aceleración, y con los largos y continuos periodos al máximo, el circuito de Montreal es muy exigente para el motor.
Un motor progresivo también será una ventaja en este trazado a la hora de ayudar al coche a salir de las curvas lentas.
Caja de cambios: Se debe prestar especial atención a la selección de la relación de marchas y la séptima velocidad en este circuito. No sólo se debe tener en cuenta el efecto de la estela del coche que precede en las largas rectas, sino también la dirección del viento, que puede tener un importante efecto negativo o positivo en la velocidad del coche, sobre todo en la recta de contra meta.
Refrigeración: La hierba cortada que a menudo se deposita sobre la pista puede llegar a convertirse en un problema si bloquea las entradas de aire del coche y dificulta la refrigeración. Es un aspecto que hay que seguir muy de cerca.

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